lunes, 18 de febrero de 2008

LUMBALGIA O DOLOR LUMBAR

Las estimaciones más optimistas calculan que el 80% de la población ha padecido o padecerá dolor de espalda en algún momento de su vida. La mayoría se cura espontáneamente, sin recurrir a ningún tratamiento médico. Pero con más frecuencia de la deseada muchos pacientes son sometidos a un exceso de pruebas para diagnosticar su mal, reciben terapias que no siempre son las más eficaces y, en el peor de los casos, producen más daños que beneficios. El tratamiento de la lumbalgia se complica aún más porque intervienen distintos especialistas (reumatólogos, médicos de familia, neurocirujanos, traumatólogos, rehabilitadores...) que aplican fórmulas diferentes ante un mismo paciente y, a veces, contradictorias.


Lumbalgia o lumbago significa dolor procedente o localizado en la zona lumbar pero el término no específica cual es la causa concreta del dolor. En la enorme mayoría de los casos el dolor es de origen mecánico- funcional , es decir, de una aberrante función articular de las vértebras lumbares y que además puede presentarse asociado a otros factores influyentes contracturas musculares, hernias discales, escoliosis, como artrosis (desgaste), etc. Contrariamente a lo que se decía tradicionalmente, la artrosis (desgaste) a pesar de estar relacionada, no es una de las causas del dolor de columna. Se han realizado ya varios estudios para determinar la relación entre la evidencia radiográfica de artrosis y el dolor de la columna, y demostraron que no existe ninguna relación y que la artrosis tiene la misma incidencia en las personas con dolor que en las que no lo tienen. Es decir que puede estar presente en el paciente pero no es la causa sino más bien una consecuencia de la causa real.

Vértebras lumbares.

En algunos casos, aunque pocos, el origen puede ser otro como una fractura, tumoración, o referido de algún órgano interno. Por eso es importante determinar la causa en concreto mediante un examen completo. De todas maneras, más del 90% del dolor lumbar está causado en realidad por las patologías funcionales de columna (como por ejemplo; hipomovilidad articular, compresión de un nervio, miofascitis, etc.) y no las patologías estructurales (como por ejemplo; tumor, desgaste, hernia discal, etc.).

La zona lumbar es una zona muy vulnerable de nuestro cuerpo, que está constantemente sometida a esfuerzos, malas posturas, traumatismos, usos incorrectos, defectos hereditarios, etc. Entre los factores de riesgo están: Malos hábitos posturales, episodios previos de dolor de espalda, bajo estado de forma física, sedentarismo, falta de fuerza y resistencia de la musculatura de la columna, traumatismos/ accidentes previos, trabajos físicos pesados, conducir o estar sentado durante tiempo prolongado, movimientos con combinación de flexión del tronco y rotación, exposición frecuente a vibraciones (Ej.; máquinas o vehículos), tareas repetitivas, edad avanzada, patologías congénitas, sobrepeso, escoliosis, tratamientos con corticoesteroides, osteoporosis, alcohol, drogas, problemas psicosociales, cáncer, tabaco, infecciones, patologías circulatorias, estrés e insatisfacción laboral.

Todo esto puede dar lugar a dolorosos problemas lumbares que casi siempre pueden ser tratados sin cirugía, ya que la cirugía sólo ha de ser considerada en aquellos casos en los que el tratamiento conservador no ha tenido éxito en controlar dolores graves o crónicos, o síntomas neurológicos. En cuyo caso siempre se ha de consultar con varios profesionales distintos antes de dar este paso. Es preciso identificar cual es el tipo de problema funcional o estructural que origina los síntomas para aplicar el tratamiento especifico y así evitar la cirugía en los casos que sea posible.

Algunas fuentes de origen de dolor lumbar, vista posterior-lateral.

Estadísticamente, 8 de cada 10 personas sufrirán de dolores lumbares en algún momento de sus vidas y esta es la principal causa de baja laboral en el mundo occidental. También es uno de los problemas de salud más costosos para nuestra industria y sociedad por la pérdida de días de trabajo y costo de su tratamiento. De manera que el dolor lumbar se puede considerar un mal endémico, el cual ha sido muy estudiado por los países más punteros en las ciencias de la salud para desarrollar unas guías de tratamiento multidisciplinario.

Se ha pasado del tratamiento del simple descanso con medicación y esperar a ver si pasa, a un tratamiento dirigido a restaurar la funcionalidad de la columna lo antes posible en un enfoque multidisciplinar coordinado por el reumatólogo y apoyado por profesionales expertos, educación en hábitos posturales correctos, prevención en las actividades diarias, ejercicios rehabilitadores, etc.

Opciones de Manejo del Dolor Lumbar

Evidencia de mejoría en los resultados clínicos

• Analgesia utilizando Paracetamol y AINES. Citidin fosfato (Nucleo CMP)
• Manipulación solo durante las primeras 4-6
semanas.
• Un enfoque multidisciplinario al problema.
• Recomendación de permanecer activo
(incluyendo trabajar).

No presentan evidencia de mejoría en los resultados clínicos
• TENS (estimulación eléctrica transcutánea).
• Tracción.
• Ejercicios específicos de espalda.
• Material educativo sobre el dolor lumbar.
• Masaje.
• Acupuntura.
• Cirugía sin indicación para descompresión.

No se encontró evidencia suficiente
• Ejercicios de acondicionamiento a los músculos
del tronco.
• Acondicionamiento aeróbico.
• Inyección epidural de esteroides.
• Plantillas o corsets
• Retroalimentación.
• Agentes Físicos y modalidades pasivas (incluidos
el hielo, calor, diatermia de honda corta y ultrasonido.

Prescriba analgésicos en dosis regulares, iniciando con acetaminofén o AINES a sus pacientes con dolor lumbar.
Evalué la necesidad de prescribir antiácidos, antagonistas de los receptores H2 o inhibidores de bomba con el fin de brindar protección gástrica a los pacientes en tratamiento con AINES.
Considere el uso de relajantes musculares en los pacientes con dolor lumbar y espasmo muscular intenso por una duración de 3 a 7 días y no más de 2 semanas.

Es importante la diferenciación de la llamada "Lumbalgia Inflamatoria" que debe cumplir los siguientes criterios (modificación de Rudwaleitt):

Mayores (obligatorios)

  • Lumbalgia crónica

  • Edad menor de 45 años

Menores (debe cumplir, al menos, 2 de los 4)

    • Rigidez matinal superior a 30 minutos.

    • Mejoría con el ejercicio pero no con el reposo.

    • Despertar en la segunda mitad de la noche por el dolor.

    • Dolor en nalga alternante.

    La determinación del cumplimiento de los criterios de Lumbalgia Inflamatoria obliga a descartar otras enfermedades, como por ejemplo la Espondiloartritis Anquilosante o la Artritis Psoriásica, entre otras.

    En 1999 la Comisión Europea lanzó el «COST B13», un programa para intentar poner orden en esta situación y fijar unos criterios de prevención, diagnóstico y tratamiento que sólo estuvieran guiados por la evidencia científica. Durante cinco años, 48 expertos europeos en Reumatología, Neurocirugía, Medicina del Deporte, Traumatología, Fisioterapia y otras especialidades implicadas han estudiado de forma pormenorizada los centenares de estudios científicos y guías que trataban la lumbalgia. El resultado es la primera Guía Europea para el Manejo del Dolor de Espalda, un documento pionero que echa por tierra muchos de los tratamientos utilizados en las consultas de toda Europa.

    Puede consultar el resultado de este trabajo en los siguientes formatos:

    REFERENCIAS
    Instituto Ferrán de Reumatología. Lumbalgia http://www.institutferran.org/lumbalgia.htm 2008
    2008

    1 comentario:

    Findyourdrug_pain dijo...

    La lumbalgia es un problema de salud pública mundial, pues está comprobado que a todas las personas en algún momento de sus vidas la padecen y es una de las causas más comunes de ausentismo laboral. Entre 65 % y 80 % de la población mundial ha padecido alguna vez un intenso dolor en la espalda baja, que muchas veces se confunde con un dolor de riñones o una contracción muscular, pero que en realidad se trata de una lumbalgia.
    La lumbalgia es un dolor constante y recurrente que normalmente aparece cuando hacemos un movimiento brusco, nos agachamos para recoger una moneda o dejar un producto en el carrito del supermercado o cuando nos levantamos de la cama es el síntoma más claro de este padecimiento.

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